martes, 20 de mayo de 2008

Cambios



Estamos viviendo un momento crucial en la historia de la humanidad. No sé sí todo lo que se publica acerca del desastre global inminente, desertización, escasez de agua, de petróleo, de alimentos, de esperanza en definitiva, es cierto. Puede ser un engaño más de los factores económicos decisivos en nuestro desarrollo, buscando estrategias nuevas de mercado y posibilidades más extensas y ricas que inciten a un consumo masivo de diferente etiqueta. No obstante, la duda ya es interesante. Los nuevos productos llamados biológicos, que mejoran el medioambiente, pueden no serlo. Nos encontramos con comentarios encontrados, los que opinan que es necesario y vital para nuestra supervivencia y los que opinan que los nuevos métodos y productos son igual de inviables y en algunos casos, más perjudiciales. Lo que sí es cierto es que vivimos unos cambios ambientales que nunca hasta ahora se habían notado tanto. Las eternas primaveras, sin cambios de temperatura importantes, la falta de lluvia o en su defecto el exceso torrencial, los problemas que se derivan de ello son palpables. Nuestra salud sí se ve afectada por estos trastornos, la aparición de alergias incontroladas, el regreso de enfermedades vencidas, surgimiento de otras nuevas de difícil tratamiento. Quizás todo se deba a un exceso de la población mundial. La ubicación artificial del hombre sobre el planeta, fuera de los lugares adecuados para un correcto desarrollo, es uno de los problemas que agravan nuestra existencia. Otro problema que se añade es la necesaria extracción de minerales, del tipo que sean, para poder abastecer la demanda existente. Petróleo, cobre, oro, mercurio, coltán, diamantes, uranio…todos son necesarios para seguir con nuestra vida de una forma normal. El preciso abono de las tierras de labranza y la eliminación sistemática de elementos que puedan perjudicarlas, también contribuyen a transformar negativamente la tierra y sus aguas. La química, generalizando, es una de las culpables. Pero no sólo de contaminar los recursos sino también de contaminar nuestro propio cuerpo, contaminarlo y alargarlo hasta consecuencias no deseables. Antibióticos, hormonas, estimulantes, sedantes, un largo etcétera de sustancias que manipulan nuestro ser contundentemente y que nos transforman haciéndonos cada día más dependientes y menos inmunes a los elementos externos que conviven con nosotros, desde el inicio de los tiempos. Si analizamos desde arriba nuestro proceso evolutivo, podremos comprobar que ha sido una carrera hacía la dependencia. Dependemos de todo para poder sobrevivir. No somos nada ni nadie sin depender de algo. Cuando debería ser al contrario, participar y compartir sólo por que queremos, no por que lo necesitamos. Hablar, sin embargo, de todo esto, resulta familiar. En este nuevo milenio las nuevas corrientes de pensamiento y las pseudo religiones se hacen eco de todas estas premisas. Pero también existen otras religiones que aún siendo milenarias siguen con un mensaje vivo y muy acertado, lo que indica que durante muchos siglos el hombre no ha superado los problemas atávicos que le han perseguido desde siempre. Es necesario realizar varias reflexiones para poder mejorar nuestro entorno y a nosotros mismos. Reflexiones que más tarde deberán tomar forma y ejecutarse. Mi opinión al respecto es que las soluciones que encontremos, no deben cambiar nuestra vida 180 grados, debemos realizar los cambios desde dentro de la sociedad, a nivel global, de poco servirá que nos transformemos sólo nosotros, el problema seguiría existiendo, ser críticos con lo que resulta perjudicial es vital y sobre todo participar activamente en las manifestaciones, sean tanto de repulsa como de alegría. Pese a que hay muchas cosas que no son adecuadas, hay otras tantas que sí lo son y que debemos reafirmar con la misma intensidad.

1 comentario:

Eric GC dijo...

Como bien has sugerido en tu texto, el ser humano parece ser que ha menguado su capacidad de acción y decisión. El siglo XX, siglo de los mayores avances tecnológicos, la sociedad del bienestar, el Dream Team, el hombre en la luna, etc. ha sido un siglo que ha provocado un retroceso, a mi modo de ver las cosas, en las mentalidades de las sociedades. Quisiera remarcar que hablo, únicamente, de la sociedad occidental europea y norteamericana. El resto, por culpa de estos que he mencionado, viven a merced de promesas incumplidas y deseos inexistentes. Creo que vivimos una constante prostitución. Me explico. Todos los ideales por los que nuestros antepasados lucharon en conseguir, se han cambiado por un único objetivo: hacer lo que me venga en gana. El respeto, el valor, la palabra de honor, las tradiciones y costumbres, se han perdido en su mayoría por un par de móviles con internet. Es patético. Y si a todo esto le añadimos los problemas medioambientales, dan ganas de correr o teletransportarse, si se pudiera, a otra época ya pasada. Siempre he pensado que somos capaces de hacer lo inimaginable, pero también las mayores atrocidades jamás contempladas. Es por eso, que lo único que quiero es vivir solitario en una montaña al son de 'Jeremiah Johnson'. Gracias por la paciencia de leer este comentario.

En este blog quiero preguntar muchas cosas, analizar otras y criticar algunas. Zarandearnos intelectualmente, sacudirnos los prejuicios, comentar la sabiduría dormida, curiosear la cultura, todo esto y más es el objetivo de esta pequeña ventana en la red.